Ella dijo: BIEN
2 Reyes 4:8-37
En la historia de Eliseo y la Sunamita tenemos una gran lección de la bendición que trae en servir a otros, aún en medio de lo que ella vivía ella era servicial y dadivosa. Vemos que ella sabe reconocer al varón Santo de Dios, a tal modo de pedirle a su esposo hacer un aposento para él,
aparte de otras situaciones por las que ella pasaba, un día el varón de Dios le profetizó una bendición que ella No había pedido, su hijo murió y a pesar de su dolor ella sabía cómo Contestar ante las preguntas que el profeta le mandó hacer con su criado en el verso 26 le pregunta cómo está a ella y como estaba su marido y su hijo
Ella dijo: bien, a partir del ejemplo que ella nos da, al igual que Daniel y los tres jóvenes, podemos ver la fidelidad de Dios.
Ella recibió su milagro olvidó a ver a su hijo vivo. Podemos ver cómo Dios mira nuestro servicio con agrado.
Así como la Sunamita y el profeta Daniel nuestro corazón debe estar inclinado delante de Dios, con ayuno y oración Y adorándolo con nuestro servicio para poder ver sus milagros aunque no se lo pidamos él sabe de lo que tenemos necesidad.
Nayely Pacheco